El sector de la construcción y su necesaria digitalización

El Gobierno español movilizará 140.000 millones en cinco años para digitalizar la economía.

La industria de la construcción es una de las más importantes del mundo. Representa el 13% del PIB mundial y es fundamental para el bienestar de millones de personas. En Estados Unidos, la industria tiene más de 680.000 empleadores y 7 millones de empleados que generan casi 1,3 billones de dólares al año. En Europa, la construcción genera 20 millones de puestos de trabajo.

Incluso antes de la COVID-19, la industria estaba comenzando a mostrar preocupación por la innovación, la eficiencia energética y el cambio climático, pero la pandemia nos ha obligado a cambiar la forma en que interactuamos. La industria y el mundo entero se enfrentan a un escenario post-pandemia desconocido. Un mundo lleno de cambios que también pueden traer algunas oportunidades.

De una encuesta realizada por BIMobject se concluye que el 52% de los profesionales del sector comentan que su trabajo se ha vuelto mucho más digital desde la COVID-19.

Por ello el Gobierno español movilizará 140.000 millones de inversión público-privada en la digitalización de España durante los próximos cinco años. Esta es la cifra a la que se ha comprometido durante la presentación el mes pasado del Plan España Digital 2025. Con la intención de reactivar la economía tras el frenazo provocado por la crisis del coronavirus movilizará sólo en el ámbito digital, los planes del Gobierno pasan por invertir entre 2020-2022 en torno a los 20.000 millones de euros, de los cuales 15.000 saldrían del fondo europeo. Una suma enorme con la que el Ejecutivo quiere movilizar además unos 50.000 millones de euros en el sector privado.

 

¿Por qué es tan importante la digitalización del sector de la construcción?

Uno sería los planos de un proyecto constructivo, que antes se realizaban a mano mientras que ahora se realizan con programas informáticos. La digitalización implica que todo dato esté en formato digital. Desde el levantamiento topográfico de una obra, hasta su ejecución y seguimiento de la misma. Toda esta información, cuyo formato original es muy diverso (levantamientos topográficos, anotaciones a pie de obra, etc…) ha de convertirse a un formato digital unificado. Y para ello, hemos de hacer uso de diferentes tecnologías. Además, se podría destacar el IoT para la recolección masiva de datos, y consecuentemente, la Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial para el análisis y aprovechamiento de los mismos.

La transformación digital en el ecosistema empresarial afecta a todos los niveles. Desde la comunicación corporativa mediante herramientas multidispositivo y multicanal que permiten tener en un mismo sitio chat, llamadas y videollamadas, compartir archivos o agendar y realizar reuniones, pasando por departamentos de administración, donde se realizan un gran número de procesos, antes manuales, que son sustituidos por procesos automatizados mediante el uso de software de gestión (ERP), o llegando hasta herramientas de BI (Business Intelligence) para ayudar a los directivos en la toma de decisiones en segundos basadas en datos objetivos.

 

¿Estamos preparados como país para este cambio?

 

Si vamos a los datos referidos al Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI #DESIeu), podríamos decir que tenemos capacidad, ya que nos encontramos en el puesto número 11 dentro de los 28 países de la Unión Europea en servicios públicos digitales y quinto en materia de conectividad. Sin embargo, la nota baja cuando nos referimos al capital humano, ese talento digital tan necesario no sólo para abordar los proyectos de transformación TIC, sino también para cambiar la cultura de innovación y los modelos de negocio a otros más digitales.

 

Fuente: European Commision 2020

Fuente: European Commision 2020

 

Si tenemos que evaluar este informe como factor más preocupante de todos los analizados es precisamente éste, puesto que de alguna forma avanza qué puede ocurrir en los próximos años con la competitividad digital de nuestro país. En otros subfactores como la Integración IT o actitudes adaptativas estamos en la mitad de la tabla (puestos 30 y 35 respectivamente) y en algunos parámetros como el gobierno electrónico no estamos mal posicionados pero comparados con el año anterior hemos descendido 5 puestos.

Pero no es nuestro peor dato, estamos en el puesto 48 en agilidad empresarial y la causa pueden ser dos variables fundamentalmente: el escaso uso del big data y la analítica de datos (puesto 61), la falta de transferencia de conocimiento, o el miedo al fracaso de nuestros emprendedores.

 

La única luz en este apartado la arrojan nuestras empresas de robótica, como ocurría en el primero de los factores del informe, dando pistas de lo que podría ser uno de los pilares de la recuperación de nuestra economía, y de nuestras industrias.

 

Como resumen del informe, si queremos realmente aprovechar la oportunidad que se nos presenta para transformar realmente nuestra economía, debemos hacer foco en:

 

  • Construir nuestra base de talento digital y reforzar la infraestructura de conocimiento necesaria para desarrollar y emplear la tecnología.

 

  • Proporcionar un marco regulatorio efectivo que permita el desarrollo y la introducción de las tecnologías, así como la generación de patentes y exportaciones de alto nivel tecnológico.

 

  • Combinar la adaptabilidad individual de la nueva fuerza de trabajo – cada vez más digital – con la agilidad de los negocios y la economía.

 

Si queréis ver todo el informe completo de  Ranking IMD de Competitividad Digital.

 

“Que no te cuenten que todo es más difícil. Acepta que ahora es diferente” Bernardo Crespo DIVISADERO.